Mariana Ginestâ (la sonrisa que planto Cara al Fascismo[1]
CAPITULO I EL
LIBRO– EL BAILE DE LOS DE ABAJO
“En la guerra como en el
amor, siempre se olvida el perder con dignidad”.
El mundo está lleno , de
pequeños héroes anónimos con ansias de libertad y futuro
incierto. Tal vez ninguna calle lleve el nombre
de ellos, de aquellos que en su momento actuaron con la
valentía de afrontar sus propios miedos salvando y transformando su propia vida
…Y muchas más. Aquel soldado anónimo (héroe
o ángel), él aliciente de vida para que Nuria continuara,
ò incluso el de la misma Nuria.
Los recuerdos ,
las historias, permanecerán vivas mientras lo permita los
anaqueles de la memoria y el olvido no hagan de
ellos, una muerte lenta que los sepulte en el tiempo….
Los miles de niños
, jóvenes y mujeres, que dieron su vida por la
idea de una “Revolución romántica”. Aquellos que
lograron sobrevivir, enterrando sus sueños en los
campos de batalla, sepultándolos y regándolos con
la sangre de jóvenes como ellos, al cambiar los libros y las pistolas
de juguete, por fusiles que no sabían disparar y menos
aun contra sus compañeros de juegos y amigos de
escuela... Aprendieron así, que los ideales no se
imponen con sangre, golpes ni con
violencia.
De ellos, sólo
sabremos que algunos contaron con la suerte de
cruzar los límites con Francia ò los países
aliados para unirse a la legión extranjera, muchos
otros optaron por el exilio obligado o voluntario…. Terminando así
sus días lejos de sus familias y de esta
tierra por la que tanto lucharon .
Nuria
vivía cerca de la
plaza Font, cuando los
disparos de la calle y los
gritos la hicieron salir de
sus cavilaciones, arregló su vestido negro, se colocó la
gabardina, el sombrero y
salió a
ver lo que sucedía; era
su deber periodístico.
Cuando vio la turba de gente, los incendios en las calles y la iglesia cerrada con miles de personas arrojando piedras, destruyendo todo, apresuro el paso y como pudo llegó a la gaceta, estaba cerrada; sintió como la tomaban por la espalda y la llevaban, por un momento perdió el conocimiento, cuando despertó, notó aturdida que se encontraba en una bodega abandonada del puerto, con los ojos vendados.
Lo que allí vivió, lo guardó en lo más recóndito de su ser , recordar, era para ella morir en vida.
-Entra P…,
perra Catalana – . Le gritaba mientras la arrojaban
contra el suelo de la celda.
-¿Grita, a quién le
vas a pedir ayuda?-, ¿En donde están
tus pijos amigos?.
No calculo
cuantos días estuvo en este pequeño
cuarto, invadido por la peste del olor a
pescado y podredumbre. Al
principio la sensación de
hambre no era tan
apremiante, con los días se
incrementó, un enorme vacío que la
atravesaba y la carcomía ,hasta sumirla en un tremendo desasosiego,<un puñal atravesaba sus tripas>.
Comparable sólo con la sed
intensa que calcinaba su espíritu
haciéndole alucinar.
En tropel llegaban los sentimientos y la
atormentaban; la impotencia, la minusvalía y aquel apego que
tenemos a esta vida
“el instinto de supervivencia”, mezclado con las ansias incontrolables de libertad que sólo han
sentido aquellos que han estado
privados de la misma o en cautiverio.
Al pasar los días el panorama se tornaba más gris. No podía distinguir, entre el día y la noche; sólo cuando sus captores la llevaban a una celda aledaña, (la luz del sol se asomaba tímidamente tras los barrotes de la ventana que daba al patio), esto fue el primer día, el sol antes de la tempestad ,el preludio de lo mal que la pasaría. Su cuerpo se erizaba y temblaba sin control ante el menor estímulo, sólo con el hecho de notar los pasos y las llaves abriendo el cerrojo de la celda, todo su ser protestaba rehusándose a recibir el castigo dispuesto:
-Habla puta, ò serás otra poeta muerta.- Le chillaba.
-Mira que eres muy guapa para terminar
cual zorra, manoseada por todos. -
La boca mal
oliente del truhán se le
acercaba, lamiéndole el cuello,
sujetándola con fuerza por el cabello.
Su rechazo
desataba los demonios del torturador,
quien emprendía con más irá y
violencia contra ella,
infringiéndole una nueva tortura:
La arrastraba del cabello, obligándola a entrar
a la celda de
castigo, con tal fuerza que
llego a
pensar que se lo arrancaría. En
cierta forma, cuando la rasuraron
lo hicieron casi de raíz , lastimando el
cuero cabelludo (con una maquina
manual antigua) -< luego del dolor, sintió
cierto tipo de alivio y alegría “
no tendrían de donde sujetarla”>-.
Nuria contenía
las lágrimas de dolor, indignación y
rabia “nunca lloraría ante
ellos”. Recibía su tortura, con resignación única,
evadiendo su realidad en los pensamientos; en su
mente podía volar y ser libre, viajar en
el tiempo, volver a gratos recuerdos
y hermosos lugares.
Mantenía su espíritu vivo ocupando su mente,
elaborando la situación y preguntándose . <-el malsano- ¿por qué?-, ¿por
qué la
rabia de sus
captores, y la
crueldad de sus actos? si había un Dios , ¿por qué no estaba
allí?. ¿por que vale la pena
vivir o morir?>. Tuvo tiempo de
analizar, conocer a sus captores y
sus pensamientos.
Una mañana gris, su cuerpo no daba para sostenerse en
pie así que entre dos la arrastraron por aquel largo pasillo:
Una
mañana gris, su cuerpo no daba
para sostenerse en pie así que entre dos la arrastraron por
aquel largo pasillo:
-
¡Átala con las
cadenas¡, las que cuelgan del
techo-. Él maestro ordeno, él muchacho obedeció temblando, luchando con un
enemigo superior a él, “Su conciencia y
sus nobles sentimientos”.
La sujetó con delicadeza y cierto temor a dañarla. Cuando ordeno colocar las pinzas en los pezones, el joven notó un leve
quejido de dolor e
instintivamente emprendió la retirada.
-Gilipolla, no
puedes, quítate de aquí, enciende la electricidad.-Le gritó el maestro.
Los
ojos de Nuria
se centraron en los
de aquel muchacho, no
evitó ver el brillo de su
mirada a través de la lágrima que lo
inundaba:
-
Sube el taco, Gilipolla-, él corrió avergonzado huyendo de la situación; no hizo parte del festín que
siguió.
Entraron dos sujetos , él tercer hombre entró algo después, buscando con ansiedad
entre la maleza del jardín algo, prontamente
salió con un tallo de rosas
con espinas. Los gritos
y gemidos iniciales, se tornaron
en un profundo silencio, ante lo cual el
muchacho no tuvo más que inspeccionar la
situación. Esta escena jamás la
borró de su memoria . <La
tenían sujeta, uno
introducía el palo
por la vagina, otro su
verja por el ano
y el otro por la
boca. Arremetían contra ella,
cual bestias salvajes, rompiendo sus
entrañas en el afán
de doblegar su espíritu> .
Sin noción del tiempo, Nuria resistió
la que fue su más grande
tortura, “la violencia
contra su pudor e intimidad”, quizás morir de
hambre o de sed pero intacta
su dignidad, sería menos indignante.
Su cuerpo masacrado,
sus entrañas perforadas, su
intimidad expuesta , presa de
la burla ,la degradación, de
los comentarios obscenos e hirientes.
Aquel día, se dejó morir en vida, vencer, se abandonó; extendió las alas y espero pacientemente que vinieran por ella. Tanto así que fue dejada en el corredor, creyéndola muerta, rodeada de sus propios excrementos y entre la sangre que no supo identificar de que parte provenía, se fundió en el más profundo sueño:
Aquel día, se dejó morir en vida, vencer, se abandonó; extendió las alas y espero pacientemente que vinieran por ella. Tanto así que fue dejada en el corredor, creyéndola muerta, rodeada de sus propios excrementos y entre la sangre que no supo identificar de que parte provenía, se fundió en el más profundo sueño:
Del silencio de la tarde y
la lluvia, surgió una voz ronca y desafinada pero alegre, que la saco
del letargo; se acerco como pudo
a la ventana logrando ver, aquel
joven soldado abrazaba su
fúsil, coquetamente engalanado con la
bandera Catalana que se contorneaba como una falda de estelas; su rostro alegremente
miraba al cielo, disfrutando las gotas de
lluvia, mientras entonaba: ¡Catalunya triomfant, tornarà a ser rica i plena!…
Ella cerro los ojos, siguiendo la
tonada; tarareándola, contándola y luego
bailándola. Sus recuerdos volaron por
el tiempo, llegando aquel rincón
escondido cuando tenia
6 años, bailando con él
abuelo sobre sus zapatos;
él la invitó a bailar
y ella antes de subir
a sus zapatos le
replicó:
-Abuelo te voy a pisar, aunque soy pequeña y ligera–.
El le sonrió, -Mira , “Els Castells” nena-
- ¿Por cuántos
brazos entrelazados pasas?. ¡No estás
pisando ¡, sus brazos son los peldaños
de la escalera en que te debes
apoyar para subir
y colocar la
bandera en la cima--¿Quieres estar allí?.
Tendrás que apoyarte en los brazos de muchos para alcanzar la cima, no “ pisar “. Los mas
fuertes, quedaran abajo, siendo la
base la fuerza de la pirámide, unirán sus
brazos para que tu puedas subir; los más
ágiles y ligeros arriba, escalaran y colocaran la bandera en la
cima.
- ¡Observa¡-, si uno del grupo se
retira , la pirámide se derrumba y todos
caen, cada cual sabe su papel
y su lugar, confían ciegamente uno en el
otro, lo harán por un
bien común “ colocar
la bandera en
la cima”.
- Las lágrimas de
tristeza se convirtieron en
gotas de alegría, que
lavaron su corazón, limpiaron su
alma. La Fe perdida , en una luz
de Esperanza, y el malsano ¿ Por qué? en
un aventurado, ¿Para què?.
De aquel
pasillo retumbo un grito ahogado, salió de las entrañas de Nuria: -SALUT- . Del patio,
se completo la frase ( Un coro ,encabezada
por el soldado y todos los
reos):-I FORÇA AL CANUT-. “Ahora su muerte tenia
sentido, el creer y defender un ideal común, diseminado por cada
rincón de Cataluña ( Reus, Constanti, Barcelona, Tarragona etc.), Morir por y para algo.. “Mantener los
ideales vivos en lo niños de la Revolución
romántica”.
Aún así y a pesar
de los infructuosos intentos , no fue
posible que Nuria
delatara a sus cómplices, “los cabecillas
y los lideres del naciente grupo”.
Al entrar el
fascismo en las calles de
Barcelona, hizo con el su
aparición una serie de Pasquines con claras ideas antifranquistas, en los que se
fomentaban los derechos humanos y
la libre expresión, firmados todos
ellos como …“La sociedad de los
poetas muertos, finalizando
los escritos con la frase
-Catalunya libre …forcé i caput”.
Tras cada tortura , repitió una y otra
vez :
- No sé-,
negando tener la menor idea que
existiera. Mientras a su
mente llegaba el pensamiento ,<todo lo
que un día inicio como un
juego de niños, una
quimera de juventud, cuantas vidas ha costado y costará>.
Una mañana
a mediados de mayo, todos
los reos fueron reunidos ; él sacristán ,empezó
a impartir las bendiciones, rezando
la oración de los Santos óleos.
-¿ Donde nos
llevan?-, pregunto uno de los reos.
-¿Donde crees, a
construir una iglesia?-. Respondió sarcásticamente un soldado.
Empujados
cual borregos al matadero entre las montañas, con paso firme ,sumidos en un silencio sepulcral y eterno, interrumpido tan
sólo por los sollozos de algunos
reos; cuando llegaron al borde
del río, los
soldados fueron llamados a formar las filas. Nuria tuvo la certeza que su
destino llegaba a su encuentro, simplemente
se dejó ir, rezó una a una las oraciones aprendidas en la niñez, pidió
perdón y aceptó su muerte material,
cierta paz y alegría la invadieron quizás su pronto encuentro con su espíritu superior, “ su abuelo”.
Cuando
iniciaron los disparos, un cuerpo gigante , cayó sobre
ella; cubriéndola con sangre
y paradójicamente salvándole
la vida. Por unos segundos su respiración se detuvo, opacada
por el peso del cuerpo sobre ella. En
sus oídos resonaron el agudo ruido de
los tiros de gracia, sacándola de sus pensamientos. Un soldado
se acerco , con el fusil
desplazo algo el cuerpo que la
cubría, los ojos de ella se abrieron de terror, e
instintivamente tras una inspirar
profunda, < no pudo
contener tomar el ultimo
aliento>. Escuchó un disparo,
que retumbo en sus oídos, evocándola a su vida paso a paso como una película, sonrió, ahora tenia
la respuesta a su pregunta, <¿Por
qué vale
la pena vivir o morir?>.. Esta
vez se dejo invadir por la certeza que su muerte no sería en vano.
Unos ojos
negros y profundos, se clavaron en ella;
la hipnotizaron y paralizaron por unos
segundos , era la segunda
vez que los veía, ya no estaban “ nublados, al contrario con una mirada clara de alegría.
El soldado movió los labios
y en silencio pronuncio el
mayor grito, retomándola a la
vida :
-SALUT I FORCA
–
Cuando
pudo incorporarse, los soldados se
alejaban, el disparo no era para ella ,(la
había salvado por segunda vez), se incorporo y corrió cual
liebre , por aquellos bosques;
fueron varios días de hambre y sed, pero libre… Iniciando
su travesía de cruzar los pirineos franceses.
La lluvia lentamente
empezó arreciar , el agua tomo su cause por canales formados por los cuerpos , por
zanjas de sangre que prontamente aumentaron el caudal del
río, un mar de color fucsia…
Fueron ochenta o quizás
más los que fusilaron aquel día.
-¿Sergi, eres tú? ,<aquel nombre
que nunca quiso revelar >. “Su
poeta muerto-. Él Ángel por
el que valía
la pena morir o
luchar”. Se acercó y la alzó
en sus brazos.
Nuria ocultaba su rostro con Vergüenza,(lo mal que se veía), los ojos de
él nunca vieron una mujer más hermosa, retiró su mano besándole con ternura cada una de sus heridas
,<sabía que le debía la vida>.
Así inicio el
exilio voluntario, para esta
joven pareja, primero por ferri
para terminar en
Francia, trabajando en “La
Gazzeta” ,un diario del poblado cercano.
No inmunes a los
tentáculos del nacismo, con la premisa clara de no
terminar sus días privados
de la libertad, ni en un campo de concentración fusilados,
iniciaron su aventura
a América Latina.
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